Nadie es mejor que nadie. Todos somos diferentes a distinto nivel. Somos piezas de un puzzle gigante y es imposible encajar entre todos. Habrá piezas hechas para estar en una esquina, otras hechas para que solo unas cuantas encajen con ellas y muchas aún estarán apartadas esperando encontrar las adecuadas.
Algunas incluso tendrán el poder de adaptar su imagen como un camaleón en un intento de buscar el lugar que le corresponde.
Finalmente están las que tienen la habilidad de hacerse grandes con el tiempo. Estas son las mejores, saben que están ahí para unir muchos fragmentos del puzzle y formar parte de la obra de arte durante muchos años.
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